LA CANCION MAS PORFIADA DE LA SEMANA:
"Debaixo dos caracois dos seus cabelos" (del disco "Circulado - Vivo") carece de segundas lecturas, o, si las tiene, no sé reconocerlas. La imagen de unas olas que se repiten al infinito por los días y las noches de los tiempos es algo demasiado previsible, muy cliché. Pero ¿qué quieren que haga?. El material que Caetano moldea durante su visita a esas playas nostálgicas es demasiado peligroso como para complicarla. Diré, entonces, que el que conoce los riesgos de la emoción fácil no tiene otra alternativa que la que Veloso pone en práctica/escena: desgranar, al borde de lo obscenamente racional, un canto que en otras manos tan (o más) sensibles, pero menos inteligentes, sonaría vulgar. El uso de este término no es caprichoso: yo, vos, él -el vulgo, hablando mal y pronto-, o sea, TODOS hemos insultado al tiempo intentando retener, con éxito estéril, lo fugaz de un verano. Este dolor, el de esquirlas efímeras de enamoramientos aún más efímeros, se inscribe tozudamente en las entrañas de nuestra mente. Nada tiene que ver si se ha concretado o no: una palabra no dicha, una mirada esquiva(da) , es decir, un amor que Cronos, implacable, consume sin haberse consumado, es todo lo que se necesita.
He leído por ahí que el único amor posible es el imposible, ¿será por eso que esta melodía y su lastre* -el amor estival- sea lo único eterno que nos queda?.
* advierto que es una interpretación subjetiva (¡¡¡idiotaaa... no hay interpretaciones objetivas!!!). Ante cualquier queja dirigirse a la concha de la lora...