LO QUE MATA ES LA CALOR (¿O ERA LA HUMEDAD?):
Ante mi alarmante falta de ideas para postear algo medianamente interesante (ja, como si alguna vez hubieras escrito algo decente, caradura!!!) no me queda otra que justificar mi nula predisposición a pensar con las siguientes excusas:
a) quejas por el calor.
b) una fiebre cuasi-psicótica por bajar música que nunca podré escuchar más de un par de veces.
c) escasos aciertos en la elección de las últimas películas alquiladas.
a) el posteo es tan malo que no puede sostener una certeza tan simple como la de la temperatura ¡¡¡hoy ni calor hace!!!
b) De ese estado febril puedo recordar fragmentos de músicas, pequeñas viñetas que rebotan en mi cabeza sin anclaje consciente a algún interés en particular. Sino ¿de que otro modo se entiende mi obsesión por bajar canciones de la época post-Cerati de Leo García?. ¿Hay algún otro artista tan poco serio* como “ceja cortada” asistido, aconsejado y producido por esa manga de ladris que tan mal le hizo al fulbo en estos últimos veinte años? (el segundo interrogante funciona más como reflexión nostálgica que como enunciado inquisitivo). Despojado de toda la parafernalia cool-palermohollywoodense Leo es un superlativo transmisor de emociones, un músico que, en sus buenas épocas, agarraba al pop del cuello y le chupaba la sangre hasta secarlo de melodías (ver Avant Press). Hablando de chupar, me baje los últimos dos discos de otro que le gusta mucho la pija: Rufus Wainwright. Tanto “Want one” como “Want two” recaen en los mismos vicios que hacían del debut, “Rufus Wainwright”, un disco a mitad de camino de todo. Y, debo confesarlo, estoy podrido de leer reviews de los discos de este muchacho y ver que le ponen siempre un 10. ¡¡¡Pará un poco la moto!!! Lo mejorcito que hizo fue "Poses" y, a mi criterio, su calificación apenas araña (ay, que bien que queda este verbo hablando de Rufus) el 7 (ay, otra vez, parece a propósito). Pero estos dos "Want.." dejan mucho que desear y solo logran que en cada escucha extrañemos un poco más las viejas épocas de The Divine Comedy. Tienen buenas intenciones, no lo voy a negar, pero con eso solo no alcanza: a esos ambientes barrocos, a esa voz nasal que tan bien engaña a los corazones sensibles, le falta la brillantez melódica y los picos emocionales de (y dale con Pernía) Neil Hannon y su grupo. Y si de brillantez melódica hablamos, y aprovechando que estamos en horas de confesiones, nada mejor que admitir mi vergonzosa, por tardía, admiración para con una música que no tiene un género pero si un nombre: la de Caetano Veloso. A un ritmo casi voraz estoy arrasando con todo lo que encuentro en el Soulseek... y todo lo que hasta ahora bajé me pareció genial: "Domingo", "1969", "Temporada de verao", la mitad de "Fina Estampa" (la otra mitad es para señoras gordas y amas de casa), "Noites de Norte", un recital con Joao Gilberto... todo, absolutamente todo, suena en continuo y adictivo estado de gracia. Y si de adicción viene la cosa, nobleza obliga mencionar al refrescante disco de The Postal Service, "Give up". Tantas buenas críticas, tantos comentarios elogiosos tenían su fundamento: el grupo suena como si Papas fritas hubiera ingresado en una Universidad para estudiar a The Magnetic Fields y, a mitad de la carrera, la abandonaran al darse cuenta de que lo suyo iba más por el lado de los Pet Shop Boys (o sea, unos Pet Shop Boys de living o de mesita de luz).
* Lo de la falta de seriedad (o por lo menos la imagen mental que yo tengo de sus canciones) proviene de cierta idea de apropiación que mi lado indie hizo de la carrera del Leo pre-Morrisey/Schanton.
c) -Shaun of the dead: una comedia británica que hace de su abuso del cine "de zombies" una excusa para hablar sobre la inmadurez y la tan preciada -y condenada- eterna adolescencia. En realidad lo más interesante y gracioso de la película llega con el final, al plantear un posible futuro post-ataque zombie.
-El Regreso: una rusa que puede romper un poco las pelotas pero a la que no se le pueden dejar de reconocer muchos méritos: la tensión que proviene -unicamente, y eso es lo elogiable- de la relación entre un padre y sus dos hijos, el silencio y el tozudo ocultamiento de las reales intenciones de sus personajes, la excelente fotografía (whaaaat? eso fue re-Catalina Dlugi), y un relato que hace de lo mínimo su fuerte (ya estoy para trabajar en el monopolio Clarín!!!).
-Spiderman 2: la primera hora es soporífera (como este post), y la segunda zafa ahí... pero... actúa Kirsten Dunst.... aaahhhh