ULTIMAS OIDAS / PEQUEÑOS COMENTARIOS:
"Heroes" de David Bowie: Funk reptante, kraut-blues deforme y una big band secuestrada/abducida por extraterrestres y vejada por el espectro de Kubrick. Con una reverberancia espacial, volviendo denso un aire ya de por sí viciado, el disco suena como si los raptores, en un intento de pasar por humanos, enviaran a la Tierra pruebas de vida procesadas por HAL 9000 (me juego la chorga que el turro de HAL también se unió a la fiestita y les dió masa con algún mecanismo electrónico).
Hablando de Kubrick y su odisea espacial, encontré esto: un flash explicativo muy gracioso para todos aquellos que no entendieron la película (¡¡es especial para vos Laucha Polémico!!).
Calificación: 8.2/10 idiotas.
"Rio" de Duran Duran: No sé porque encuentro conexiones entre este disco y el primero de Stone Roses. Ya sé que no tienen nada que ver pero no puedo dejar de pensarlo. Creo que esta poco inteligente comparación -fruto de una pobre inspiración y una ignorancia invencible disfrazada de pereza mental- surge de la combinación de una pulsión bailable contenida -en el sentido más literal de la palabra- y bien delimitada: su marco nunca excede el formato "cancion-pop-redonda". Ya sé que Ian Brown y sus secuaces eran más que "She bangs de drums" pero no puedo dejar de escuchar ecos de "Hungry like a wolf" -o cualquier hit de esa imparable avalancha de éxitos que es "Rio"- en aquel disco. Por favor, si a alguien se le ocurre algún argumento inteligente para validar esta insólita e idiota opinión hágalo saber en los comments. Se lo agradeceré.
Calificación: 8.5/10 idiotas.
"Our beloved sweetheart revolutionary" de Camper Van Beethoven: Con escuchar los primeros acordes uno se da cuenta de que Camper... era uno de los pocos grupos indie-americano con huevos, una banda que estaba preparada para ir a la guerra, para bancársela en un campo de batalla en una hipotética lucha entre músicas y músicos. Sin la impostada vagancia-slacker ni la sensibilidad de cartón del eterno homenaje a los 60, las canciones de este disco se contruyen sobre cimientos de una artesanía que de tan rural se torna inverosímil -sobre todo si consideramos las alturas que alcanzan. Ya desde el primer tema se nos hace imposible desconocer la impronta bélica de la ejecución (una hermosa canción que cabalga arriba de unas obsesivas y porfiadas notas de bajo), certeza que el segundo track -instrumental este- refuerza desde su estilo Ledzeppeliano, con una guitarra 70 soleando arriba de unos poderosos machaques de bata. A esta tremenda primera linea de choque se le van sumando, en el camino, tropas de vivaces violines (¡¡quiero decir que están vivos, carajo!!; que no suenan como cuerdas de caricatura) y vientos que enaltecen y se mueven, entre orgullosos y discretos, por las, más que valientes, canciones. Pero esta pose belicosa no deja de lado el humor y la distención: a partir del tema "One of these days" se cuela la guitarra ska de unos Madness desencantados, diversión necesaria y suficiente para mantener la cordura. Pero aún falta lo mejor: a este valioso combo lo culmina y comanda una voz épica, drámatica, un timbre "de resfriado" que recuerda a La Voz (a Sinatra no, hablo de Ian Mc Culloch) y que suena única en cada tema, metamorfoseandosé (ufff!!) según el clima de la canción y confirmando que, tanto en el arte como en la guerra, la mejor defensa es un buen ataque.
Calificación: 9.5/10 idiotas.
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