OBVIEDADES DE UN GRUPO OBVIO (pero no por eso menos disfrutable)
El primer disco de The Libertines es más al palo. Es casi un cliche: descarga de furia adolescente, frescura, sonido y concepto “punk”.
El segundo es, sin perder la urgencia, más dúctil, lo que transforma a este disco en otro cliche: a todos nos llega la madurez y estas bandas parecen destinadas a encontrarla -bah, a buscarla- siempre en su segundo opus. Es el segundo disco que deberían haber sacado Los Strokes (¡¡¡finalmente encontramos la respuesta inglesa a los chicos de N.Y.!!!)
Ambos son 100% placenteros, ambos funcionan: el primero, revolucionando hormonas (cada tanto es saludable volver a la adolescencia, cada tanto es agradable escuchar un buen disco de punk, de canciones simples y directas); el segundo, alargando la resaca y estableciendo una vaga idea de fin de fiesta (es obligación parecer un poco más preocupados y oscuros).
Ultimo cliché: creo que su cantante está en cana por falopa o algo así... y no saben si se separarán.
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