ANIMALES DEL LIVING:
Antes de empezar con mi primera crónica vale que aclare algunas cosas. Primero, yo no soy juez de nadie. Lo que yo diga no creo que le cambie la vida a nadie (aunque a algunos les vendría bien un cambio). Yo solo soy un muy buen critico y observador. Segundo, mis opiniones son totalmente subjetivas, si no les gusta no lean. Por ultimo, hay que estar al pedo para leer esto, y mucho mas para escribirlo.
El tema a tratar en esta primera entrega se va a centrar en el seno del hogar. Aunque nadie lo sepa, el peligro acecha en esa zona. La sala de estar, el living, el estudio, el comedor, o como lo llamen; la habitación en si no es una zona temerosa, sino lo que aloja, el temido Play Station.
Muchos dicen que fue un invento de los países Europeos para que nosotros en América del Sur nos exterminemos. Otros dicen que pronto los conflictos bélicos se resolverán mediante un partido de Winning Eleven. Cualquiera de estas cosas pueden ser ciertas, pero no voy a hablar de rumores sino de mi experiencia personal.
Lamentablemente, tengo un amigo que habitúa este tipo de juegos. Su deleite no es ganar, es humillar, defenestrar, desgarrar con simples palabras a su adversario. No en vano esta persona paso el ultimo verano con un cuello ortopédico sentado en su sillón, su habilidad es envidiable, pero su juego predecible (algunos dicen que cuando le sacaron el cuello ortopédico le tuvieron que pintar la raya del orto de nuevo). No solo que sube la temperatura del juego sino que cuando pierde, le quita todo tipo de crédito a su adversario aduciendo que la maquina le robo, o bien que el desarrollo fue injusto.
Sus frases se repiten como eco en todo aquel que lo enfrento, a veces a la noche me despierto escuchando “A donde fue ese jugador?”, secuelas de un enfrentamiento a sangre fría. Pero su maldad no concluye aquí, a este culo roto le encanta destrozar en publico. Como se explica que una persona pueda humillar con un 5 a 0, gritando TOOOOQUE o MURRRAAA o ADENTROOOOO o SE CAYYOOO, a su amigo frente a una bellísima mujer, que además disfrutaba de la danza. Sí, la rubia con bucles, Damián Manusovich, me hizo el ole delante de una mina increíble que me encanta.
La paradoja de este juego es que se juega de a dos pero desune a las personas al punto del odio, del mal augurio, pero a la vez une a todo el mundo en contra de una sola persona, el marica de LAUCHA (POLEMICO).
Espero que hayan disfrutado de esta primera entrega, mi próxima crónica se va a referir a la inequitativa distribución de las cualidades humanas, en pocas palabras de los “Raros” que surcan nuestras vidas y que rara vez nos detenemos a observar.
Soy Judas Iscariote.
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