ELEPHANT DE GUS VAN SANT:

Solo voy a decir que me gustó y que llegó a inquietarme de la misma y desesperante forma que inquieta el llanto ahogado de un bebe. Eso es lo que es esta película: un llanto contenido, a punto de explotar de la forma más trágica posible. Cuando uno cree que el nudo en la garganta se destrabará con la masacre, el sosiego no aparece, la descarga emocional no llega y lo irreversible se vuelve insoportable. Los seguimientos a distintos alumnos - desde la espalda, con cámara subjetiva al estilo "videojuego en primera persona"- y el montaje del film acentúan hasta el paroxismo la sensación de ver a esos condenados - tan comunes a las películas de piratas - que se dirigen, caminando en línea recta sobre una tabla de madera, al inexorable y silencioso final de su existencia.