LA ULTIMA DE BERTOLUCCI:

"Los Soñadores" es la evocación de una época (el Mayo Francés), un recuerdo imborrable cuya materialización corre el riesgo de caer presa de la mediocridad mas recalcitrante, fruto del burgues "todo tiempo pasado fue mejor". Necesariamente mi percepción de "Los Soñadores" también va a estar ligada a un recuerdo, uno muy malo por cierto.
Después de la función (una avant premiere gratuita) y pensando que lo no oneroso de la peli sumaba puntos a su favor me sorprendió, en el exacto lugar de mi aparcamiento, la presencia de otro auto... ¡la puta que mal orto!, pensé. El necesario traslado en taxi hacia la playa de acarreo me hizo consciente de que, cual Kevin Costner del subdesarrollo, había presenciado la película más cara de mi vida. Muy pocas películas podrían pagar semejante costo (casi $100 pesos entre acarreo y multa) y esta precisamente no era una de ellas. A pesar de lo atractivo de ciertas imágenes, de algunos buenos diálogos sobre música y cine y de lo buena que está la protagonista (Eva Green) la peli no logra levantar vuelo y se pierde envuelta en escenas paradojicamente frías. Algo raro - y hasta elogiable si se lo quiere ver desde otra perspectiva - en un film que incluye muchos ingredientes sugestivos: desnudos permanentes, escenas de sexo y masturbación y hasta un triángulo sugestivamente incestuoso. Hay que decir algo que también le juega en contra: el estereotipo y el cliche molestan mucho más cuando es de nuestro agrado, cuando nos vemos reflejado en él, que cuando es obviamente condenable.
La suma de estos defectos y la precitada multa dan un saldo estrepitosamente negativo.