EL IDIOTA EN CASTELLANO (Parte II)

"Autoayuda" de Baccarat: Una horda de fanáticos descontrolados de Baccarat sería tan improbable como esperar que Pángaro componga un rockanroll.... Ooops, "Primavera", el tercer tema del disco, se topa, cerca del final, con un solo guitarrero digno de Chuck Berry (o de Michael Fox en Volver al futuro). ¿Habría que esperar, entonces, para los próximos shows de Baccarat, una comunión de pibes relocos con trapos y bengalas? Sería muy gracioso. Por lo pronto este tercer disco del grupo es el más instantáneo, el que provoca la mayor adhesión, la más inmediata identificación. Un par de canciones (las bonitas "Porque sí" y "Decepción") y una certeza, cual agradable sorpresa, se instalan en nuestros emocionados corazones: Sergio Pángaro tiene más deudas que las hasta aquí conocidas. Tamizado por su particular prisma, el rango melódico del grupo se amplía y se hace dueño del pop más descerebrado de la Argentina: empezando en el imbécil de Palito Ortega y concluyendo en la fábrica de mogólicos de Cris Morena (con Jugate Conmigo como ápice) estas valientes influencias se equilibran gracias al uso y (genial) abuso de una lírica ácida, humorística y depresiva. Y, aunque la cruza podría suponerse aterradora -quiero decir: el "afanoso" espíritu universal del grupo combinado con el pop más nefasto de la Argentina-, el resultado es 100% placentero. Digamos, entonces, que si el displacer fuera un pecado mortal, Baccarat sería uno de los pocos grupos nacionales llamados a animar gratas veladas en el Cielo. Lo que no es poco.