RESISTIENDO:
Me enteré por comentarios que la novela “Resistiré” terminó con una especie de combustión espontánea del malo (Fabian Vena) y que en el transcurso de la misma se sucedieron una infinidad de bizarreadas al estilo Código X. Sin hacer un juicio de valor sobre la novela quiero hacer referencia al comportamiento típico del televidente medio -algo que ya no debería sorprenderme-. Si a un producto televisivo X le agregas un par de figuras convocantes, bastante publicidad y una canción-hit que pegue (obvio, se necesita de la inestimable ayuda de las FM grasientas) no necesitas darle coherencia y credibilidad a una historia y podes “experimentar” (es decir, hacer y deshacer a tu antojo) como mejor te pinte. De hecho, piensen en la misma trama pero con actores desconocidos y sin publicidad: hubiera sido tildada de delirante y su rating hubiera sido menor que el de los programas de Canal 7 los sábado a la mañana. Pero claro, como estaban Pablo “siempre hago el mismo papel” Echarri y Celeste “que me está pasando?” Cid, todos los boluditos, que lo más raro que vieron en TV fue la llegada del hombre a la Luna, se llenan la boca hablando de lo buena y tensionante que es. Y como si esto fuera poco todos los snobs invertidos* no se quieren quedar afuera y, a riesgo de parecer señoras gordas fanáticas de la novela de la tarde, elogian inexplicablemente algo que está muy mal actuado y que ya se hizo antes (y seguramente mucho mejor).
Lo único que zafaba en Resistiré era la hermosa Romina Ricci, lo demás era todo descartable.
* gente con acceso a otras cosas (un tanto más complejas) que coquetea con lo popular para demostrar su apertura mental y su superioridad en lo que a gustos artísticos se refiera.
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