ADICCION:
Si, soy un adicto, tengo que admitirlo. Soy adicto al Winning Eleven. Y deseo curarme, pero es mas fuerte que yo. Hacia mucho que un juego de futbol no me enviciaba tanto. Tendria que remontarme al tiempo del FIFA 96 (juego insuperable, por simpleza, diversion y jugabilidad) y al primer PC Futbol (si, ese en el que lo único que hacias era comprar y vender jugadores y ponerle precio a las entradas y a la publicidad) para rememorar una adicción semejante. A propósito de los juegos viejos y jugables: siempre me parecieron inigualables. La simpleza, al igual que en la música, otorga un nivel de disfrute que no puede superar ningún engendro moderno. A quien carajo le importa quien es el asistente técnico de las inferiores o el aguatero suplente (los nuevos PC Futbol son asi de densos) cuando lo único que querés hacer es formar el equipo de tus sueños y romperle el orto a todos. Pero parece que los programadores, en su afán de conceder mayor realismo a los juegos, se olvidaron, por un largo tiempo, de lo esencial: la diversión. Por suerte, de a poco, se esta revirtiendo esta tendencia y ahora se pueden llegar a encontrar juegos increiblemente realistas pero igual de jugables y entretenidos - ejemplos abundan: los excelente NBA Live 2003 y FIFA 2003 en PC; El mencionado Winning Eleven en PlayStation y los nuevos juegos de deportes de La PlayStation 2-. Mientras tanto, y hasta que encuentre alguna cura, seguiré pasando mis horas de ocio delante del televisor con la mente pérdida en ese campo de futbol virtual e inigualable.